miércoles, 20 de febrero de 2013

Con el blog a medio gas

Si, lo sé, tengo el blog últimamente muy abandonado, y me duele a mí más que a nadie, pero las obligaciones me tienen un pelín alejada de mis blogs, y supongo que estaré un par de meses más un tanto saturada, pero prometo no abandonarlos demasiado y especialmente, a partir de mayo, retomarlos con mucha fuerza.  

También veo las publicaciones de otros bloggers sobre libros que me interesan y no puedo pararme a leerlas ni a opinar sobre sus reseñas.




Ahora no tengo mucho tiempo de leer y ya ¡¡¡tengo mono!!!, tengo muchas ganas de sentarme a leer tranquilamente, de esas veces que solo tienes que preocuparte de la lectura y puedes adentrarte hasta el fondo de la historia.  Tengo ganas de vivir aventuras, intrigas, historias de amor, de desdicha, ...




Se me están acumulando los libros pendientes, ya no solo los que aparecen en mi larga lista de libros que quiero leer, también los que ya tengo en formato electrónico en mi kindle y los más visibles, los de papel.  Entre regalos de Navidad y autoregalos, tengo varios gritándome desde mi estantería cada vez que los miro. -¡Léeme, léeme!, - No, ¡a mi primero!, y yo tengo que girar la cabeza y contener las ganas de abandonar lo que esté haciendo y leer y leer sin preocuparme de nada más.  




También he redescubierto algunos de mis libros, esos que hace años, muchos años, era incapaz de digerir, que se quedaron abandonados tras leer solo el primer capítulo.  Algunas veces, con la edad, se gana, por eso me gusta tanto cumplir años, se pierde en lo físico, eso sí, pero se gana en muchas otras cosas.  Ahora, a mis 35 años, he vuelto a ojear esos libros y me he quedado prendada  de ellos, ahora sí es el momento de leerlos y disfrutarlos, no hace 15 o 20 años, que no me interesaban ni me molestaba en centrarme en entenderlos, he necesitado evolucionar como lectora para disfrutar de ellos, y ellos también me gritan desde la estantería -¡léeme a mi!, ¡yo llevo más tiempo esperando tu atención!, y yo vuelvo a girar mi cabeza hacia otro lado.



Por las librerías no quiero ni pasar, cuando paso ante el escaparate de una me acerco irremediablemente al cristal como un niño mirando un dulce, me encantaría entrar y llevarme varios que me muero por leer, pero no puede ser, no tengo tiempo, pasarían al montón a acumular polvo, así que no entro, me siento como un ex-alcohólico en la puerta de un bar, debatiéndome entre el quiero entrar y arrasar con todo y el no debes, no puedes con ello, sigue tu camino.



Y mientras tanto, mientras mis obligaciones me dominan, mientras cuando quiero leer en la cama caigo rendida de sueño, voy leyendo los libros obligatorios en mis clases, y que me están acercando a los clásicos, que siempre me han dado gran pereza.



He redescubierto a Shakespeare, que al igual que comentaba antes sobre la madurez a la hora de afrontar una lectura, en este caso me pasó algo igual, recuerdo a Shakespeare sin mucho cariño y cuando me enteré que tenía que leer a Hamlet no puse ninguna buena cara, pero ¡me ha gustado mucho!, he disfrutado con él, he hecho las paces con su autor.

Con Esperando a Godot, la verdad que no me ha dado ni frío ni calor, tal vez mi incultura literaria no me haya permitido disfrutar totalmente de la obra, que me ha dejado un tanto fría.

En cambio, cuando vi que unos de los libros obligatorios era La Metamorfosis de Kafka, casi me da un yuyu, tengo fobia a los insectos, un pánico horroroso y me dan un asco grandísimo, no puedo soportarlo, y cada vez que pensaba que tenía que leer ese libro se me ponían los pelos de punta.  Al final lo he leído, de lo primero, para quitármelo del medio cuanto antes, con sensación nauseabunda de tan solo ver la portada, y ahora que lo he terminado, tengo que decir que me ha gustado mucho, tal vez es el que más me ha impresionado de todos, porque lo empecé a leer con un rechazo enorme y me fue encandilando sin darme cuenta hasta al final hacerme llorar con su historia, bravo y bravo por La Metamorfosis.

Ahora estoy con la Madame Bovary de Gustave Flaubert y también lo estoy disfrutando, aunque éste ya sabía desde un principio que me iba a gustar, así que no me sorprende en este caso, pero es uno de esos libros que no creo que hubiese leído por voluntad propia.  Desde luego no los voy a reseñar, no seré yo quien se atreva a hacer una frívola y superficial crítica de estas obras, pero os quería contar mi experiencia por si alguien se anima con alguno de ellos.

Espero ir reseñando libros, aunque sea con cuentagotas, despacito, pero poder seguir disfrutando de la lectura.

Anna Rose Bain

sábado, 16 de febrero de 2013

En el callejón oscuro






En el callejón oscuro


Había vuelto a salir tarde del trabajo, me molestaba mucho retrasarme en estas fechas en las que oscurecía tan temprano y enseguida dejaba de haber gente por las calles, y tener que caminar por el laberinto de callejuelas que me llevaban a casa en la penumbra, alumbrada por las escasas e insuficientes farolas de esta parte de la ciudad.  



No dejaba de escuchar asustada los sucesos ocurridos en la ciudad en las últimas semanas, habían aparecido 4 muchachas asesinadas, todas en las entradas de sus casas, todas después de ser salvajemente golpeadas, con una peculiar marca que identificaba al asesino como el mismo en los cuatro casos, y todas vivían cerca de mí.

Cada día volvía a casa asustada, caminaba lo más rápido que podía e iba prestando atención a cada esquina que giraba, a cada recoveco, a cada soportal oscuro que tenía que cruzar. Agudizaba la vista y el oído al máximo para intentar localizar cada sonido, cada sombra, cada movimiento que me pudiese importunar en mi trayecto, había algo que me hacía tener más miedo esa noche que ninguna otra.

Iba ya con la camisa pegada al cuerpo del sudor bajo mi abrigo, con el corazón latiendo a un ritmo frenético, la espalda tensa y los puños apretados, en estado de alerta, preparada para correr, para gritar o incluso para luchar si fuese necesario.  

Cuando oí unos pasos, me giré asustada respirando agitadamente, y no vi a nadie.  Ya solo me quedaba doblar la última esquina para llegar a mi portal, cuando volví a oír un ruido, y por el rabillo del  ojo, pude percibir un movimiento no muy lejano a mí. Apreté el paso, solo se oía el eco de mis anchos tacones retumbando en la calle, tal vez para darle un toque más tétrico al momento, tal vez para así amortiguar el resto de los sonidos que me empeñaba en intentar oír, quería correr más pero mis malditos tacones no me dejaban oír con nitidez lo que sucedía a mi alrededor. 

Me faltaba el aire por ir tan deprisa, por el miedo, por el estado de nervios al que estaba sometida en ese momento, me paré un segundo para respirar y para poder echar un vistazo a lo que realmente sucedía a mi espalda y ahí fue cuando lo vi, cuando pude distinguir una silueta masculina con toda claridad que se acercaba a mí con agilidad. 

No podía ser, hoy era yo la elegida, hoy me mataría a mí, hoy haría con mi cuerpo esas barbaridades que he oído que hizo a las otras chicas, no, no estaba preparada.  Quería correr y gritar, pero mi cuerpo traicionero no respondió, no se movió ni un solo paso por más que yo quisiera huir, mi garganta no emitió más que un graznido ridículo, era como una de esas pesadillas en las que quieres correr y gritar y no puedes, pero en este caso era real, en este caso los únicos medios de los que disponía para salvar mi vida me estaban dejando desprotegida y él cada vez se acercaba más. 

Con la escasa luz del callejón no podía distinguir su cara pero tampoco había tiempo para enfocar mi mirada en su rostro, sentí como su mano enorme agarraba mi brazo, me clavaba sus dedos en él mientras me lo retorcía hacia atrás haciéndome hincar mis rodillas en el suelo.

 Noté el primer impacto en mi nariz, nunca nadie me había pegado de esta manera, nunca había sentido ese dolor, su rodillazo me dejó aturdida, mi nariz empezó a sangrar profusamente, mientras mi cuerpo se convulsionaba con una arcada, noté el segundo golpe, esta vez en mis costillas, del impacto me lanzó contra un lateral de la calle, el dolor era muy intenso, me dolía mucho respirar, casi no podía hacerlo, intenté hacerlo despacio y entrecortadamente para así poder resistir antes de perder el conocimiento,  no quería perderlo, eso significaría entregarme ya a manos de la muerte, no es que creyese poder ya salvarme, pero mi instinto de supervivencia me hacía intentar resistir, intentar soportar cada golpe sin desmayarme del dolor. 

Me sujeté las costillas con la mano e intenté incorporarme mientras mi sangre seguía saliendo a borbotones de mis fosas nasales, era tal el dolor que no conseguía moverme, pero de un momento a otro sabía que recibiría un tercer impacto.  No sé por qué esta pausa, tal vez se estaba deleitando viéndome retorcerme en el suelo sobre mi propia sangre, me sentí pequeña, muy pequeña, y frágil e indefensa, hasta que apretando mi mano contra mi abrigo para sujetar mi destrozado cuerpo, noté mis llaves y pensé en ellas como mi única salvación, iba a morir a manos de este desalmado, pues por lo menos pensé en intentar dañarle, quería dejarle un recuerdo de esta vida que él va a hacer abandonar este mundo, por lo menos deseaba dejar mi huella y no ser una más de su víctimas, quería dañarle el cuerpo y el alma, quería marcarle y  que me odiase el resto de su vida cada vez que viese esa marca, que sintiese ese odio al igual que yo en ese momento sentía el que salía de mis poros hacia él.

Metí la mano en el bolsillo y cogí con fuerza el llavero puntiagudo con forma de delfín, no tenía fuerza para mantenerme en pié y luchar, estaba muy débil, mi única oportunidad era lanzarme contra él y favorecerme del factor sorpresa, tenía esa sola oportunidad, en cuanto me agarrase ya no podría luchar contra él y entonces él sí que descargaría toda su furia contra mi cuerpo. 

No necesité levantarme, él se agachó, cogió mi pelo y tirando fuertemente de él colocó mi cabeza hacia atrás bruscamente, me escupió una serie de insultos y pude ver sus ojos de cerca, y desde ese momento mi objetivo no me dejó pensar en otra cosa.  Sin darme cuenta,  sin pensarlo, sin planearlo, sin sentir cómo mi cerebro daba las órdenes a mis miembros, mi brazo se levantó, con una fuerza que jamás creí tener y el precioso y delicado delfín brilló heroicamente antes de entrar limpiamente en la cuenca del ojo de ese pobre diablo, y lo intenté mover, apalancar, girar, dañarle todo lo que me fue  posible en ese segundo de tiempo del que disponía.

El agresor ya agredido, emitió un fuerte gruñido animal y se tiró hacia atrás,  a su vez, aproveché para unir mi grito al suyo y con el poco aliento que me quedaba,  vocalizar un discreto ¡socorro! y así alertar a los vecinos. Era consciente de que no podía moverme, sabía que ahora su ira sería terrible y me iba a reventar a golpes, pero nunca pensé en poder escapar y estaba satisfecha con haberle dejado un gran recuerdo, de que nunca más me podría olvidar al igual que nunca mi familia podría olvidarle a él.

Ante mi grito de auxilio aparecieron varios vecinos, alertados por los sucesos de las últimas semanas no dudaron en salir rápidamente armados con palos en las manos, me pareció increíble que hubiese podido gritar con la energía suficiente para que me socorriesen, pensé que nunca lo oirían.

El ser inmundo que me agredió,  en un acto de venganza desesperada, pateó  mi cabeza contra la pared con todas sus fuerzas, yo ya perdí el conocimiento después de oír unos pitidos ensordecedores en mis oídos, no recuerdo nada más.

Mientras me recupero en esta cama del hospital, me cuentan que los vecinos le dieron una buena paliza pero que llegó la policía a tiempo de salvarle la vida de manos de quienes me la salvaron a mí.  Él está grave, pero vivo, y pronto la policía vendrá a tomarme declaración.  Ha perdido el ojo,  pero los dos seguimos vivos, estoy segura de que le condenarán, al igual que estoy segura de que cuando salga, vendrá a buscarme.



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jueves, 14 de febrero de 2013

A través del tiempo de Pilar Cabero


Título: A través del tiempo 
Saga:  1º  de la saga Izaguirre
Autora: Pilar Cabero
Editorial: The Heartmaker (2008)
Nº páginas: 492 pág.
Encuadernación: Rústica
Precio: 13,90€


Sinopsis:


"Poco podía imaginarse Marina, cuando en Agosto de 1994 se sentó dentro de un viejo y curioso confesionario, que ese día iba a cambiar su vida para siempre: sin saber cómo se encontró en el siglo XVIII.Confundida con un "muchacho", se verá arrastrada dentro de un bergantín y a las ordenes de un autoritario capitán, demasiado atractivo para su tranquilidad personal.Para el capitán Diego Izaguirre, lo principal era encontrar pruebas que limpiaran el nombre de su padre, injustamente ejecutado por piratería. Sorpresivamente, la presencia de ese nuevo grumete, un "jovencito" descarado y extraño, le distrae constantemente y le hace hervir la sangre como ninguna mujer antes. Entre equívocos y confusiones, los dos se han encontrado a través del tiempo. Pero pertenecen a dos épocas, dos mundos diferentes. Un amor muy difícil de salvar..."


Opinión:

Hacía mucho que no leía nada de viajes en el tiempo y no me pude resistir.  Una amiga empezó a picarme con esta historia y al final he caído.

Tengo que decir que me ha gustado mucho y tengo previsto leerme el siguiente de la saga, me he quedado con ganas de más.

Lo primero que me llamó la atención de este libro, es que el viaje en el tiempo sucede en España, concretamente en San Sebastián, lugar del que guardo preciosos recuerdos (¡ay!, esos pintxos del Tamboril, esos calamares a la plancha y los sapitos en Fuenterrabía, mmmm), bueno, ya lo dejo, esto me pasa por escribir a la hora de la comida.

Pues bien, la historia sucede en San Sebastián, lugar de origen de la escritora, aunque también nos llevará por otros lugares de nuestra España, a Cádiz y a las islas Canarias, de dónde nos irá mostrando diferentes costumbres de cada sitio, especialmente en esa época, donde dichas costumbres estaban más arraigadas.

La protagonista es una mujer de hoy en día, valiente, decidida, independiente, y él es el capitán de un barco, educado, respetuoso y adorable, de los de películas de antaño.  ¡Ay!, tal vez por eso me gusten tanto estas novelas de viajes en el tiempo, en las que él es el perfecto caballero y ella no es una dama débil y delicada, sino todo lo contrario, es una combinación perfecta.

Nos encontramos con una novela rápida y sencilla, que engancha desde el principio, donde suceden una aventura tras otra y donde en el fondo de tanta aventura, luchas, piratas... aparece una historia de amor.

He disfrutado mucho leyéndola, aunque tengo que reconocer que me iba recordando a muchas otras novelas del mismo estilo.  La sensación que me quedó es que la autora es una lectora voraz y ha ido plasmando retazos de el cóctel de libros leídos, tal vez con muchas frases hechas muy habituales, como quien cose una colcha de patchwork, tal ver una imagen de aquí, una recuerdo de allá, una expresión del otro sitio, pero desde luego, la colcha ha quedado muy bonita.  

Yo diría que se nota cuando un autor es todavía joven en este mundillo, tal vez se mueven con más miedo, con más precaución, estoy segura que esta autora tiene mucho que dar, leeré otras novelas que ha escrito posteriores a ésta,  porque estoy segura que con un toque más de madurez, habrá hecho novelas preciosas.

Es muy predecible, si, lo es, no os voy a engañar y el final se me hizo un pelín flojillo, pero la historia está muy bien.  Es ideal para leer una novela de amor y aventuras entre libros más densos, es muy fácil de leer y resulta muy agradable.  Ya tengo la 2ª entrega de la saga, que lo intercalaré cuando necesite algo fresco.

Bergatín.


Puerto San Sebastián.



Interior iglesia San Vicente, la más antigua de San Sebastián, lugar donde estaba el confesionario.
Foto de José Luis Filpo Cabana.

  Iglesia de San Vicente en San Sebastián.
Foto de Cruccone.

domingo, 3 de febrero de 2013

Presentación El Secreto del Valle de las Sombras en formato audio




                            Noticias


Inauguramos la sección hablando de la presentación de la novela de Ana Coto "El Secreto del Valle de las Sombras",  en formato audio para las personas con problemas visuales.

El evento tendrá lugar en la sede de la ONCE de Madrid (C/ Prin Nº 3- 4ª planta- Sala 426), el viernes 8 de febrero, a las 19:00. 

 En este momento ya está disponible en la página de la ONCE en formato de audio de forma GRATUITA, para que las personas con dificultades visuales puedan acceder a su contenido. 




La autora nos invita a dicha presentación, tanto a los que ya han leído el libro, para que puedan expresar su opinión como a quien todavía no lo conoce, seguro que sales con ganas de comenzar a leer la novela cuanto antes.

Yo no podré asistir, aunque me gustaría hacerlo, pero he tenido el placer de conocer a Ana Coto personalmente en la feria del libro de Madrid y os aseguro que os cautivará con esa energía positiva que desprende.

Tengo su libro firmado en mi eterna lista de “pendientes”, espero no tardar mucho en hacerle un hueco y contaros sobre él.

Os dejo el booktrailer para que conozcáis un poco más el argumento.



viernes, 1 de febrero de 2013

84, Charing Cross Road de Helene Hanff


DATOS DEL LIBRO

Título original: 84, Charing Cross Road
Autora: Helene Hanff
Nº de páginas: 128 págs.
Editorial: ANAGRAMA
Encuadernación: Tapa blanda
Año publicación: 1970

  • Sinopsis
    "Un día, en octubre de 1949, Helene Hanff, una joven escritora desconocida, envía una carta desde Nueva York a Marks & Co., la librería situada en el 84 de Charing Cross Road, en Londres. Apasionada, maniática, extravagante y muchas veces sin un duro, la señorita Hanff le reclama al librero Frank Doel volúmenes poco menos que inencontrables que apaciguarán su insaciable sed de descubrimientos. Veinte años más tarde, continúan escribiéndose, y la familiaridad se ha convertido en una intimidad casi amorosa. Esta correspondencia excéntrica y llena de encanto es una pequeña joya que evoca, con infinita delicadeza, el lugar que ocupan en nuestra vida los libros... y las librerías. "

    Opinión

    Un libro que se lee de un tirón, en mi caso, que ando pegadita de tiempo últimamente, lo leí de dos.   En dos ratitos, se me acabó el libro, una lástima.

    Nos encontramos ante un libro en el que se agrupan una serie de cartas, únicamente veremos esa correspondencia entre una gran lectora de NY y una librería de viejo de Londres.  Así, a primera vista, no parece que tenga nada interesante, pero si nos adentramos en su lectura, querremos ir sabiendo más y más sobre todas las personas que en el libro aparecen.  Conoceremos incluso lo que comen en Londres en esos tiempos  y hasta una receta de cocina, el famoso Yorkshire pudding.

    En Londres, se encuentran en pleno racionamiento de alimentos, y las personas que trabajan en la librería le irán contando su día a día a la Srta. Helene, a la que les acaba uniendo un gran lazo de amistad.

    Estas cartas son reales, lo que lo hace aún más interesante.  Helene Hanff es una autora neoyorquina de guiones y piezas teatrales, y cuando una editorial le propone publicar su correspondencia con la librería londinense y se convierte en todo un éxito, no puede evitar declarar en una entrevista, con cierta amargura, que a estas alturas de su vida, haya tenido que llegar al éxito gracias a estas cartas y no a todo su trabajo con el que ha escrito infinidad de cosas a lo largo de su vida.

    Es un libro especial para los amantes de la literatura, en la que se nombran obras importantes, y se respira ese amor hacia los libros por parte de la protagonista.

También hay una película basada en este libro, no puedo decir mucho de ella porque todavía no la he visto, aunque la veré, pero solamente he oído cosas buenas de ella, incluso lo contrario de lo que se suele oír, que la película incluso supera al libro.










Aquí tenemos a la autora.